MARTIN LAVAYEN, CUATRO OBRAS EN PRIMERA PERSONA EN #LOQUEHACEMOS
La Gaceta vuelve con nuestra sección #loquehacemos, espacio para visibilizar aquellas producciones de arquitectas y arquitectos de todas las ciudades y comunas que componen el D2. Para esta nueva entrega convocamos a Martín Lavayen, arquitecto oriundo de la ciudad de San Nicolás, y que se formara en nuestra ciudad, quien nos cuenta en primera persona cuatro (4) obras de su historial localizadas en Villa Amelia, Coronel Domínguez, Ibarlucea y Rosario por las que se siente particularmente identificado.
Por el Arq. Martín Lavayen
Seguramente se hace muy difícil encontrar una voz unificada que responda a la perspicaz pregunta: ¿qué es #loquehacemos los arquitectos? y con certeza me atrevo a adivinar que las respuestas serán de lo más variadas. Pero si #loquehacemos se cuenta en primera persona, la respuesta abandona el ámbito de lo general para concentrarse en los aspectos más íntimos del pensamiento, la incertidumbre que genera el intentar describir una “manera universal de hacer” desaparece, llega la calma, y me siento a contar INTIMIDADES, término intrínsecamente ligado al tema de LA CASA.
Las cuatro obras que comparto son justamente CASAS, tres de ellas situadas en pequeños poblados vecinos, realizadas en sociedad con Virginia Theilig, y una cuarta en el centro de Rosario, realizada en sociedad con Enriqueta Brozzo. Se plantean así dos mundos claramente diferenciados. En las afueras las áreas abiertas con solares que superan ampliamente la medida de la propia casa, donde la intimidad siempre viene imaginada a partir del verde, adosado a los cercos, que caracterizan estas áreas; por otro lado en la ciudad consolidada el mundo del recinto, autodefinido por los solares vecinos construidos, que trae consigo la necesaria intimidad.
“Las casas de Mariano, son casas para ser vividas” escuché hace no mucho tiempo sobre la obra de un colega de Buenos Aires, piel de gallina, me pareció el elogio más maravilloso que un colega podía hacer sobre el trabajo de un arquitecto. Personalmente, al afrontar estos trabajos, no puedo dejar de hacerlo en términos de forma, no solo de la forma del edificio, sino también de la forma del espacio, el interior y el exterior, su geometría, su condición material, su manera de relacionarse con lo que hay fuera (con el suelo, el cielo, la luz). De todas maneras, me resulta imposible disociar todas estas búsquedas de la que siempre termina desequilibrando la balanza: es la casa de alguien… mi más profundo deseo es haber hecho en estas obras lo que hace Mariano.
I- Casa K – 2016 | Villa Amelia
II- Casa T – 2017 | Coronel Domínguez
Veo a la Casa K y la Casa T como dos versiones, muy distintas, de una misma casa. La primera más matérica, la segunda más plástica. La primera acabada, la segunda es un fragmento; y podría seguir. Pero ambas comparten estrategias: ambas compactas y ubicadas al frente, con muros (distintos) que las acercan al contacto con la calle y guían el recorrido hacia LA PUERTA. Ambas, con la misma respuesta a la orientación, controlando el Oeste y abriendo los espacios sociales hacia el Este haciendo del exterior una continuación del espacio interior. Buscando ambas la luz del norte, en un caso difusa, rebotada, y en el otro directa, en el vértice, tensionando el pequeño espacio interior.
En ambas se independizan los dormitorios, el momento más íntimo de lo doméstico, una llevándolos a la planta superior, la otra abriéndolo hacia el lado opuesto. Me gusta pensar que cuando nos sentamos a hacer #loquehacemos, contamos con herramientas recurrentes y que son las circunstancias particulares las que dotan de identidad a cada una de las obras, y está muy bien que así sea.
III- Casa DS – 2019 | Ibarlucea
La Casa DS propone otra lógica, ligada fundamentalmente a la creación de espacios exteriores, a partir de la disposición de los espacios interiores. Un muro, extenso y de gran espesor, avanza profundamente en el longitudinal terreno. Se lo apropia, recibe las diferentes partes del programa que se le adosan y van construyendo: el jardín delantero, como un recorrido de ingreso, separado del espacio para el auto, la parrilla y un pequeño jardín para ver desde la cocina y el pasillo.
La pieza del estar irrumpe el tránsito y la mirada abriéndose plenamente al jardín anterior y al “patio” posterior definido por el volumen del estar y otra vez el muro, que al final se extiende y logra un pequeño espacio exterior íntimo para el dormitorio principal. El muro ordena, divide y fragmenta, protege con su profundidad las aberturas al Norte, contiene mesadas y placares, guía por debajo las infraestructuras que tiene, y que podrá tener la casa, y por encima escurre el agua de lluvia. Dar respuesta a múltiples problemáticas con una solución simple y que las englobe es algo que siempre me resulta útil a la vez que satisfactorio.
IV- Casa PY 278 – 2021 | Rosario
Esta última es diferente a las anteriores respecto de la condición urbana en la que se inserta. Se ubica en un pequeñísimo solar, en un área densamente poblada y sin contacto con la calle, una de las tantas casas de pasillo tan recurrentes en nuestra ciudad. De manera equivalente a cómo eran las casas de pasillo de antaño, el proyecto se desarrolla alrededor de un pequeño patio, al Norte, sobre el que se disponen los espacios interiores. Un patio que cambia sus cualidades a medida que asciende, algo así como un patio tridimensional que por momentos se mete por debajo de la casa, creando LA GALERÍA, que se achica para dejar espacio a los dormitorios que reciben luz y aire de él, y que más arriba se vuelve a ensanchar poniendo en relación dos de sus partes exteriores, a cielo abierto y a diferente nivel. La casa vive dentro de un recinto de muros medianeros sólidos.
Por dentro una estructura liviana, siempre presente, que ordena los espacios como si de cuadrantes se tratara. Cuadrantes que, fundamentalmente en planta baja, adquieren cada uno sus propias cualidades. Uno contiene el ingreso y las partes más rígidas, otro un único espacio interior en continuidad con el patio en el tercer cuadrante a cielo abierto y un cuarto exterior pero semi-cubierto, todo girando alrededor de una única columna, parte de la estructura siempre presente, que otra vez ordena los espacios. Una vez más podemos hablar de dos versiones, de una misma lógica, una extendida, la otra compacta y contenida, pero ambas buscando generar pequeños espacios exteriores separados, a la vez que relacionados, por los espacios interiores. Los recursos son finitos, las posibles combinaciones infinitas.